Estudio sobre la hiperacidez e hipoacidez gástrica y cómo distinguirlas para así evitar problemas mayores.

Es curioso cómo si hacemos una encuesta al azar apuesto a que el 90% de la gente asume que cuando sufre episodios de acidez, reflujo, dolor estomacal, gases, y otros síntomas asociados a la digestión, piensan en hiperacidez y nunca en hipoacidez. ¿Casualidad? Por supuesto que no. Nos llevan a esa conclusión y la industria de los antiácidos es bastante importante, entre otros muchos suplementos y dietas. Pero debemos tener en cuenta que es posible que nuestro ácido clorhídrico esté bajo, con lo cual el tratamiento será completamente diferente. Seguro que alguno de vosotros sufre este tipo de problema (todos en algún momento sin mayor importancia), pero es curioso cómo mucha gente me pregunta el por qué no se les soluciona, y es por esto que os voy a explicar un poco el funcionamiento y las características más frecuentes de estas alteraciones para que tengáis más perspectiva. ¡Vamos allá!

¿Qué son los ácidos gástricos?

Todos sabemos que el estómago es un órgano de reserva temporal de alimentos y de digestión de cierta parte de ellos, como las proteínas, además de la antesala para continuar el proceso digestivo hacia el intestino delgado, etc.

El jugo gástrico se compone de diversas secreciones que podéis consultar en internet fácilmente (no voy a dar una clase de fisiología avanzada), pero os voy a destacar las dos que en este tema me parecen más importantes para que entendáis la síntomatología de los problemas frecuentes de estómago.

Pepsina: (copio esta parte de la Wikipedia para que podáis consultarlo más en profundidad si lo deseáis)

La principal enzima del jugo gástrico es la pepsina, si bien existen otras enzimas importantes para funciones específicas, pero en cantidades mucho menores, tales como la lipasa gástrica, que es la más efectiva contra los triglicéridos con ácidos grasos de cadena corta y gelatinosa, todas derivadas de las células principales o células zimógenas.

La pepsina gástrica es en realidad un conjunto heterogéneo de proteína responsables de la actividad proteolítica del jugo gástrico. Estas son secretadas en forma de precursores zimógenos inactivos llamados pepsigénos, el pepsigéno I (PGI) y el pepsigéno II (PGII), ambas variantes moleculares que se diferencian en carga neta y/o peso molecular (isozimas).

Conclusión: que la pepsina es la encargada de «merendarse» las proteínas. ¿Os suena eso de que os duele el estómago y tenéis gases al comer proteínas? Pues a lo mejor tiene que ver con esto 😉 Seguimos.

Ácido clorhídrico:

El ácido clorhídrico es uno de los que intervienen en la digestión a nivel del estómago y uno de los elementos principales que componen el jugo gástrico. Es una solución de ácido clorhídrico producido por las células de la pared del estómago. Es este ácido gástrico el que va a reducir el tamaño de los alimentos digeridos en el estómago, para que puedan ser absorbidos por el organismo. Durante la digestión, el ácido gástrico elimina muchas bacterias. En caso de carencia, el organismo está mas expuesto a las infecciones, al igual que las úlceras gástricas pueden ser causadas por una sobreproducción de este ácido gástrico. Por tanto, el equilibrio es esencial.

Las trapezalgias (dolor en los trapecios, sobre todo la porción superior) rebeldes y reincidentes pueden ser un reflejo de un problema de estómago.

DOLORES REFERIDOS DEL ESTOMAGO:

Por delante: esternón y ángulo inferior de costillas.

Por detrás: zona de trapecio superior, espinosas de D4‑D5‑D6 y D7, 3ª costilla izquierda.

Ejemplo de una hiperacidez gástrica originada por una causa mecánResultado de imagen de estomago en llamasica:

Lesión somato-visceral: Tras levantar carga muy pesadabloqueo de vértebra dorsal (en este caso D6)dolor de estómagohiperactividad de este órgano Hiperclorhidrosis (HCl).

Ejemplo de hiperacidez de causa psicológica:

Lesión psico-visceral: Úlcera de estómago de origen psicológico (estrés, ansiedad, depresión…). El origen se puede llegar a determinar que es psíquico, pero la lesión visceral es real. El efecto es parecido a la ansiedad que provoca espasmos del colon, aumento de la actividad vegetativa y diarrea.

Y cuando hay problemas de estómago, el ángulo que forman las costillas (Charpy) se retrae. Los problemas viscerales los podemos catalogar en dilatación y retracción. Aquí estamos frente a un problema de retracción. Hay elementos que no permiten que este estómago esté dilatado, estirado. Y, ¿cuáles son las patologías del estómago que no soportan ser estiradas? Una úlcera, por ejemplo. Cuando tenemos una úlcera no soportamos estirar la musculatura porque irritamos la serosa y tenemos un sistema fascial que se va a cerrar alrededor de la curvatura menor del estómago. El epiplón menor se va a retraer y va a ser el que va a tirar sobre el hígado y va a cerrar el ángulo de Charpy.

Curiosidades respecto al grupo sanguíneo y los problemas de estómago:

El grupo A son hipersensibles. Van a tener toda la vida problemas con el estrés, que se soporta sobre todo a nivel del estómago. Le enseñaremos a dominar el estrés o averiguar la causa de éste y se solucionarán los problemas de estómago.

Este no necesita comer carne, sobre todo si pertenece al grupo A2 , de lo contrario siempre estará hinchado, debido a que no digiere bien la carne y le producirá fermentaciones. Este sujeto tiene una hipoacidez a nivel del estómago. Importante destacar que si se trata de una mujer menopáusica del grupo A, debe controlarse más desde el punto de vista del calcio, porque como es hipoclorhídrica y para asimilar el calcio es preciso un medio ácido, no se absorberá. Por mucha leche que tome, como además ésta produce una saponificación, empeorará todavía más la falta de acidez. Deberemos darle productos que faciliten su digestión, eliminando la carne salvo el pollo y el pavo. Un producto que favorece al grupo A es la soja (es anticancerígeno). Podrá tomar un poco de café para acidificar el estómago.

La hipoacidez de estómago provocará una modificación del metabolismo a nivel del hígado, del páncreas y finalmente llegará al intestino grueso causando un impacto que será diferente de un individuo a otro. Necesitan relax y afecto. Ejemplo psicológico: un niño del grupo A que es admirado por su profesor mejorará sus cualidades de forma significativa. (NOTA: aunque este ejemplo parezca muy general, en los niños de este grupo es más evidente y más necesario).

El grupo 0 será más propenso a la hiperacidez. Este grupo es el más antiguo, y el que más ha sufrido una adaptación en la alimentación. Es un grupo carnívoro, de carne roja. Para estar en buena salud, necesitan comer un poco de carne roja. Debido a su hiperacidez gástrica, deberían evitar el café, el trigo y el azúcar. Le benefician todos los frutos rojos oscuros. Es un grupo adaptativo.

Explicación osteopática de algunas relaciones del estómago en la clínica diaria: (no es necesario que comprendáis todo, sólo os quiero hacer ver que al final puede parecer lo mismo pero no tiene nada que ver).

Cuando nos encontramos una serie de lesiones a nivel de la columna (L4, D6, C2), debemos saber si se trata de lesiones por exceso o por carencia. Si se debe a una carencia, pongo como ejemplo D6, que es una zona de estómago y aún más de hipofunción del estómago (hipocloridria). Esta hipocloridria puede crear perturbaciones a nivel de la acidez que van a repercutir a nivel del intestino grueso (espasmo reactivo a éste nivel). En cambio, si encontramos una disfunción en D12, puede ser producido por un exceso de estómago, engendrando el mismo tipo de patología. Es por esto que es tan difícil distinguirlos por la sintomatología, puesto que el paciente en ambos casos refiere lo mismo, y no suele haber una lesión o problema aislado sino que convergen con muchos otros aspectos (bioquímico, emocional…).

Causas de la hipoacidez (menos conocida):

Lesión directa de las células parietales y principales: Cualquier lesión que produzca una destrucción amplia de las células parietales producirá una hipoclorhidria. Las causas más comunes son:

Gastrectomía amplia: La resección de una buena parte del estómago es lógico que produzca una hipoclorhidria.

Gastritis atrófica, atrofia gástrica y anemia perniciosa: La gastritis atrófica y su forma más extrema que es la atrofia gástrica, tienen diversas causas, la más común es la infección por un microbio que recibe el nombre de Helicobacter pylori, que va destruyendo a la mucosa del estómago sobre todo las glándulas gástricas, produciendo una hipoclorhidria. Curiosamente el Helicobacter pylori es la causa más común de las úlceras gástricas y duodenales; esta aparente paradoja se aclarará más adelante en la carrera al estudiar la patogenia de este tipo de ulceras. La anemia perniciosa es una enfermedad que se produce por una atrofia total del estómago de origen inmunológico, en la cual hay una aclorhidria total.

Eliminación de los estímulos secretores: La eliminación de los estímulos secretores produce hipoacidez gástrica. Suele producirse como consecuencia de intervenciones para evitar la hiperacidez y sus consecuencias. No deja de ser curioso, ¿no?

Sus causas más comunes son:

  • La sección quirúrgica del vago, que recibe el nombre de vaguectomía, que se realiza precisamente para disminuir la secreción de ácido gástrico, y que forma parte de los tratamientos quirúrgicos de la úlcera péptica, ya que sin ácido no hay úlcera (y con poco ácido la úlcera cura con mas facilidad).
  • La antrectomía es otra operación quirúrgica que busca eliminar la producción de gastrina y por lo tanto lograr una hipoacidez, con el mismo objetivo de curar la úlcera.

¿Cómo puedo distinguirlas y actuar en consecuencia?

De momento, con estas pistas de las que hemos hablado hoy es posible que en vuestra mente ya se vaya formando una pequeña idea de vuestra situación personal. Lo primero es saber que por vuestra genética sois más propensos a cierto desequilibrio estomacal y aunque parezca una tontería, es importante tener estas cosas en cuenta, ya que la genética es nuestra impronta que tendremos de por vida y cuanto más nos ajustemos a su naturaleza y necesidades, más en equilibrio estaremos.

Lo segundo, desconfiad de las soluciones «rápidas». Vivimos en un mundo donde se ha conseguido obligar a la gente a que quiera que los problemas se tapen de forma inmediata. Todo el que se pare a reflexionar un momento, seguro que está de acuerdo en que el cuerpo tiene unos procesos y unos plazos, que hay que permitir la adaptación y la integración de cualquier información que le demos, para que sea efectivo de verdad. Tomar un antiácido en un momento puntual seguro que nos permite sentirnos mejor y continuar con nuestra actividad laboral o de ocio, pero tened muy claro que no os está solucionando el problema.

Hay múltiples pruebas para determinar el ácido estomacal, desconozco el protocolo en la Seguridad Social, pero por lo que he podido leer, se realiza en casos ya diagnosticados, con lo que no es preventivo. Una prueba médica muy fiable es la que se realiza a través de una sonda, para analizar el ácido estomacal y determinar si hay un desequilibrio. Es una prueba que conlleva cierto riesgo por la introducción de la sonda y por tanto, tampoco se hace de forma general, sino en ciertos casos indicados como en úlceras diagnosticadas y otras patologías ya en desarrollo. Yo de lo que os hablo en Osteopatía, es de desequilibrios o disfunciones que todavía no se han desarrollado como patológicas, pero lo que intento es que podamos realizar una labor de prevención para evitar tal desarrollo. En algunos casos ya es tarde, pero os aseguro que en el 90% de la gente, estar atento a lo que expresa tu cuerpo y saber interpretarlo evita prácticamente toda posibilidad de acabar en quirófano. En caso de dudas o molestias importantes, consultad siempre con vuestro médico. Pero si no os hacen caso o simplemente os recetan un antiácido, yo miraría algo más allá.

Tercero, si sospecháis que lo que os ocurre pasa de ser algo puntual (todos hemos comido más de la cuenta o hemos tomado ciertos alimentos «tóxicos»), intentad que os vea alguien que intente examinar todos vuestros sistemas y equilibrarlos entre sí. Tened claro que un problema nunca es algo aislado que sólo afecta a un órgano o parte del cuerpo y que sólo se puede solucionar actuando sobre ese órgano o parte del cuerpo. NUNCA. De hecho, si habéis sufrido este tipo de síntomas de repetición: dolor en el estómago, ardor, reflujo, náuseas…podría apostar que también habréis sufrido dolor en los trapecios, entre las escápulas y/o justo donde empiezan las lumbares, e incluso dolor de cabeza y estados de irritabilidad. Todo está conectado. Siempre lo digo, y siempre lo diré. Es esencial que esto se tenga siempre en mente.

Y cuarto, el cuerpo está en constante proceso de adaptación. Esto significa que aunque siempre va a intentar autoregularse, cuando el desequilibrio no pueda compensar, irá avanzando y extendiéndose a otras áreas, dependiendo de cada individuo y de su forma de vida. Es bastante frecuente que una persona con problemas de estómago acabe con problemas de espalda, o que por una estimulación continuada de su sistema nervioso vegetativo, acabe con molestias de intestino y dolores de rodilla. ¿No os suena lo de «pues no sé por qué me duele, si no me he dado ningún golpe» o «llevo unas semanas que me duele por la noche y me despierto»? Son sólo algunos ejemplos, pero os aconsejo que miréis la acción del sistema nervioso autónomo (ortosimpático y parasimpático) y os hagáis a la idea de las funciones que controla y que, curiosamente, todos solemos tener tendencia a tener en exceso uno de ellos.

Síntomas frecuentes para ayudar a distinguir una hiperclorhidria de una hipoclorhidria:

1.Hiper:

Se caracteriza por la pirosis ácida, generalmente tardía, aliviada por la ingestión de alimentos y por los alcalinos; esta pirosis se acompaña, a veces, de dolor vago, de localización en la región epigástrica, no muy intenso; por el buen estado de la lengua, por el normal y aun excesivo apetito; por el aumento de la tonicidad gástrica a la radioscopia; por la frecuencia del estreñimiento; por el análisis del jugo gástrico, que acusa hiperclorhidria. En sus formas primitivas, no ligadas con úlcera, puede ser pasajera, alternando con períodos de normalidad y con fases de hipoclorhidria. En muchos casos, la gastritis hiperclorhídrica es una parte del cuadro ulceroso; tal vez supone, siempre, una predisposición para que la úlcera aparezca. El origen de esta gastritis es muy complejo. Entre los síntomas encontramos:

-Inapetencia.

-Sensación de plenitud.

-Náuseas y vómitos, a veces hemáticos.

-Dolor epigástrico.

-Estado saburral (lengua blanquecina), mal aliento.

-Muchas veces diarrea (gastroenteritis); y, además, puede llegar a aparecer fiebre, cefalea y malestar general (menos frecuente).

2.Hipo:

Puede observarse una caída del estado anímico que en ocasiones puede llegar a estados depresivos. También conlleva un aumento en la caída del cabello, debilidad en el mismo y presencia de uñas frágiles. Bajos niveles de hierro generan anemia y también la carencia de vitaminas puede degenerar en serios problemas de salud.

– Proliferación de bacterias dañinas para nuestro organismo, que generalmente son destruidas con niveles de pH ácido en los jugos del estómago y de otros órganos.

– Reacciones similares a las que se dan en el reflujo gástrico que pueden causar graves daños en los tejidos del aparato digestivo y respiratorio.

– Gases, empacho y dolores abdominales consecuencia de las proteínas no digeridas que se pudren en el estómago por las bacterias que ahí proliferan.

– Alergias a determinados alimentos ya que la comida que no es atacada por jugos suficientemente ácidos se pudre y fermenta generando alcoholes y subproductos que provocan que el organismo segregue anticuerpos para combatir estas sustancias. Sobre todo se observa con las carnes.

Ahora llegamos a la parte complicada y es que resulta que el poseer un estómago poco ácido genera reflujo gástrico, gases, acidez de estómago, llagas en la boca, mal aliento, eczemas en la piel, caída del cabello, uñas frágiles, carácter irritable, hinchazón estomacal y un largo etcétera de problemas que también se observan en pacientes que sufren de todo lo opuesto, de digestiones excesivamente ácidas. Así que, ¿cómo distinguir ambas situaciones? Ya que las acciones que por ejemplo se recomiendan para combatir organismos muy ácidos (beber mucha agua para depurar toxinas, tomar alimentos básicos, ingerir mucha fibra,…) son muy perniciosas para los casos de estómagos poco ácidos ya que los hace aún menos ácidos.

Consejos:

1.Análisis de la situación: nos sentamos y apuntamos (o acudimos a alguien que nos haga una historia clínica que incluya):

-Localización lo más precisa posible del dolor inicial.

-Desde cuándo nos duele.

-Si sospechamos la causa que lo inició.

-Si el dolor primario se ha extendido a otras regiones o se han añadido paulatinamente.

-Si el dolor es nocturno o diurno. Si es diurno, analizaremos si se produce antes o después de comer, si se alivia del todo con un antiácido, si empeora bebiendo agua, si cambia dependiendo de lo que comamos, etc.

-Si se acude con regularidad y normalidad al aseo.

2.Medicación y suplementos que estamos tomando pues puede que no sean los más indicados en nuestra situación. El ibuprofeno, el bicarbonato y los antiácidos en un momento puntual pueden ser de ayuda, pero a largo plazo son nocivos y debemos evitarlos.

3.Alimentación:

Hiperacidez:

En los casos de hiperacidez, se toleran muy bien alimentos como la patata, la zanahoria, la col y la manzana. Yo no os recomiendo abusar de la col puesto que puede llegar a influir en la glándula tiroides, pero´si os recomiendo encarecidamente la última, es uno de los alimentos mejores que existen, es muy neutro y regulador, es drenante y purificante, la manzana es buena para todos en cualquier momento. Lo ideal es hacer una «cura» de varios días tomando estos alimentos cocinados juntos. Pero para los que no quieran hacer una dieta especial, con incluir manzanas entre cada comida y evitar los alimentos más ácidos ya es un gran paso; algunas opciones:

-Licuar trozos de patata cruda y sin piel antes de las comidas (también va bien para el reuma).

-Zanahorias que normaliza la producción de jugos gástricos.

-Algas.

-Sandía.

-Dieta alcalinizante: aumentar la ingesta de alimentos alcalinizantes para evitar los ácidos.

-Combinación de alimentos o la llamada «dieta disociada»: evitar mezclar proteínas con hidratos de carbono.

Hipoacidez:

Una vez diagnosticada la causa de la escasez de jugos, o al menos descartado que se deba a una enfermedad orgánica, se pueden ingerir alimentos que favorezcan su secreción, pero sin producir irritación del estómago. Es necesario evitar los productos que aumentan la secreción de jugos a costa de producir una irritación del estómago, como ocurre con las bebidas alcohólicas, el café y las especias picantes, entre otros.

-Condimentos: los condimentos saludables como el limón, el ajo y ciertas plantas aromáticas de acción digestiva, favorecen la producción de jugos digestivos sin producir irritación ni inflamación del estómago, a diferencia de la especias picantes, del café y del vino.

-Pimiento: el pimiento dulce es estimulante de la producción de jugos y antiinflamatorio gástrico. Conviene a quienes tienen atonía digestiva o escasez de jugos. La mejor forma de tomarlo es asado o crudo en ensalada.

-Piña: aumenta la producción de jugos sin producir irritación en el estómago. Además, contiene enzimas como la bromelaina que facilitan la digestión de las proteínas, compensando así parcialmente la escasez de jugo gástrico.

-Sal marina sin refinar.

-Vinagre de manzana: combate el crecimiento y proliferación de la Cándida en nuestro organismo. Se recomienda ingerir 1 o 2 cucharaditas pequeñas de vinagre de manzana disueltas en medio vaso de agua caliente antes de cada comida, así como tras ella si sentimos ardor o acidez de estómago.

IMPORTANTE: La hiperclorhídrica no se debe confundir de la dispepsia hiperácida mantenida por la úlcera de estómago, por ciertas formas de gastritis y de la apendicitis; y, por otra lado, la forma hipoclorhídrica requiere el diagnóstico diferencial con la gastritis crónica atrófica y con el cáncer de estómago.
Bueno, como siempre, espero que os sea útil y os haga pensar un poquito más allá de lo que se pretende que hagamos. Cualquier duda o tema que os interese, me lo comentáis sin problema.

¡Hasta la próxima!

 

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